Primera al Gandharva Chuli, un seismil virgen del Santuario del Annapurna
Los alpinistas rumanos Cosmin Andron y Cristina Pogacean realizan la primera ascensión del Gandharva Chuli (unos 6.300 m), un pico virgen de la región del Annapurna, en el Himalaya. No pisaron la cima por respeto a las creencias religiosas locales.
La afilada arista oeste del Gandharva Chuli (6.300 m) en el Santuario del Annapurna (Nepal) (Col. C. Andron)
Aunque los famosos y cada día más comerciales picos de más de 8.000 metros son los que se llevan prácticamente toda la atención durante la estación de ascensiones en el Himalaya, algunas expediciones realizan otro tipo de escaladas, más acordes a los orígenes del alpinismo de exploración. Es el caso de la expedición liderada por los alpinistas rumanos Cosmin Andron y Cristina Pogacean, que se dirigió al Santuario del Annapurna para realizar la primera ascensión del Gandharva Chuli (6.248 metros).
La montaña en cuestión se sitúa en el extremo oriental del Santuario del Annapurna, en la arista que connecta el Annapurna III (7.553 m) con el sagrado Macchapuchhare (6.993 m), más cerca de este último pico, y no había registrados otros intentos anteriores. El Gandharva Chuli formaba parte de la lista de montañas para las que el gobierno de Nepal sólo gestiona permisos de ascensión a equipos en los que figuren alpinistas nepalíes. En este caso, además de los montañeros rumanos, formaban parte de la expedición los alpinistas locales Wanchu Sherpa y Lok Bahadur Gurung, así como cinco portadores y un cocinero, aunque en el ataque a cumbre sólo participaron Andron y Pogacean.
Crónica de la ascensión
La expedición se instaló su campo base el 2 de mayo a unos 3.850 m. Al día siguiente, montaron un CBA justo bajo el glaciar a 4.450 m, desde donde partirían al asalto de la cumbre el 4 de mayo. Cosmin Andron y Cristina Pogacean ya venían aclimatados por haber estado guiando en dicha zona durante cierto tiempo.
Antes de las cuatro de la mañana del 4 de mayo, los dos rumanos comenzaron la escalada sobre terreno mixto de moderada dificultad a tráves del flanco izquierdo de un espolón orientado al suroeste. Una fuerte nevada acompañada de aparato eléctrico llegó hacia las dos de la tarde, aunque no fue obstáculo suficiente para que la pareja de alpinistas llegara hasta la cresta del espolón, por encima de 5.400 m, y pasara una mala noche en una tienda que quedó a medio montar.
La nevada duró toda la noche. Andron y Pogacean retomaron su camino ascendente a las diez de la mañana, con el objetivo de buscar un mejor emplazamiento para su tienda algunos metros más arriba. Finalmente, lograron tallar una repisa apropiada a unos 5.600 m, todavía en el espolón. Allí pasaron su segunda noche, en la que el tiempo mejoró y les permitió afrontar de nuevo la ruta.
Salieron de la tienda a las tres y media de la madrugada y ganaron la afilada arista oeste tras una delicada travesía sobre nieve no consolidada que les permitió evitar un difícil pilar rocoso. Una vez superada una cornisa con un largo de 75º de nieve, se tuvieron que enfrentar a un tramo final relativamente fácil pero bajo unas poco favorables condiciones de viento, que levantaba la nieve caída el día antes.
La no cima
Los dos alpinistas rumanos decidieron detener su avance justo bajo la cima, en un señal de respeto hacia lo sagrado de esa cumbre para el pueblo nepalí. En ese punto más alta alcanzado (donde su GPS marcaba 6.302 m), tallaron una pequeña plataforma en la que colocaron sendas banderas de Nepal y Rumanía. Inmediatamente después, iniciaron el descenso hasta el campo base.
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